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La falacia de Montecarlo

Es el 18 de agosto de 1913, alrededor de una mesa de ruleta en un casino de Montecarlo. Como el negro aparecía varias veces seguidas, muchos jugadores apostaban cantidades cada vez mayores al rojo, creyendo que la probabilidad dictaba que la bola caería sobre él de forma inminente. Pero no fue hasta después de 26 negros consecutivos que la pelota finalmente aterrizó en rojo y la racha terminó. Como resultado, los jugadores perdieron enormes sumas y el casino llenó sus arcas durante esta extraordinaria velada que dio nombre al fenómeno de la falacia del jugador o "falacia de Montecarlo". Qué pasó ?

La falacia del jugador describe nuestra creencia (errónea) de que la probabilidad futura de un evento aleatorio está influenciada por ocurrencias previas de ese mismo tipo de evento. En otras palabras, creamos falsamente una conexión causal entre eventos aleatorios pasados ​​y eventos aleatorios futuros. ¿Por qué equivocadamente? Porque la aleatoriedad no puede verse influenciada por lo que ya sucedió. Por ejemplo, la probabilidad de lanzar una moneda al aire es 50/50 en cada lanzamiento, incluso si salió cara en los últimos 3, 10 o 100 lanzamientos.

Foto: Arcenio Dapr

Es el 18 de agosto de 1913, alrededor de una mesa de ruleta en un casino de Montecarlo. Como el negro aparecía varias veces seguidas, muchos jugadores apostaban cantidades cada vez mayores al rojo, creyendo que la probabilidad dictaba que la bola caería sobre él de forma inminente. Pero no fue hasta después de 26 negros consecutivos que la pelota finalmente aterrizó en rojo y la racha terminó. Como resultado, los jugadores perdieron enormes sumas y el casino llenó sus arcas durante esta extraordinaria velada que dio nombre al fenómeno de la falacia del jugador o "falacia de Montecarlo". Qué pasó ?

La falacia del jugador describe nuestra creencia (errónea) de que la probabilidad futura de un evento aleatorio está influenciada por ocurrencias previas de ese mismo tipo de evento. En otras palabras, creamos falsamente una conexión causal entre eventos aleatorios pasados ​​y eventos aleatorios futuros. ¿Por qué equivocadamente? Porque la aleatoriedad no puede verse influenciada por lo que ya sucedió. Por ejemplo, la probabilidad de lanzar una moneda al aire es 50/50 en cada lanzamiento, incluso si salió cara en los últimos 3, 10 o 100 lanzamientos.

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